domingo, 23 de enero de 2011

Y lo demás no importa

En algún momento de mi adolescencia dejé de incomodarme ante esta gente que me resultaba tan desfachatada, quizás porque yo quería cambiar, porque ellos parecían divertirse muchísimo más que yo. La timidez, la inseguridad, el hecho de tener tan presente y darle tanta importancia a lo que piensen los demás, nunca es divertido, ni productivo, ni verdadero.

Porque una es feliz cuando no piensa en nada, cuando baila como si nadie la mirara
, cuando canta sin importarle si desafina o no, cuando suelta una carcajada verdadera, cuando hace algo por sí misma, cuando se viste como tiene ganas todos los días, cuando los demás y sus opiniones simplemente no te influyen, cuando haces lo que QUIERES hacer, cuando eliges tu camino y te equivocas y aprendes, y vuelves a elegir. Porque eres feliz cuando sueñas lo que realmente quieres soñar, no lo que te enseñan que es posible… porque TODO es posible… eres feliz cuando entiendes que hay que aprender a gatear antes de caminar, y hay que aprender a caminar antes de poder correr… que la vida te da lo que necesitas cuando lo necesitas, para aprender lo que tienes que aprender, para evolucionar, para crecer cada vez más, para ser más tú y menos los demás. Para sacarte toda la mierda que te enseñaron en la escuela, en tu casa, en la iglesia, en la calle. Para encontrar tu propia sabiduría, tu independencia, y libertad, para CONOCERTE y encontrar todas las formas en las que puedes llegar a la felicidad.

La felicidad es tan simple como dejarte ser…

Hoy no me importa nada. Soy la que canta afuera de la ducha y bien fuerte, la que toca la guitarra aunque no suene del todo bien, la que se anima a bailar sola en medio de la pista, la que no se pone lo que está en la vidriera sino lo que tiene ganas de ponerse. La que se anima a ser sexy y comportarse como un macho a la vez. La que escucha la música que le llega, no la que está de moda, ni bien vista por los demás. La que se pegó un par de porrazos fuertes pero no se arrepiente. La que se arriesga cada vez más, a pesar de lo que piensen todos, cueste lo que cueste, a hacer lo que me haga feliz. Y más feliz. Y más feliz. Y más feliz.

Dos más dos es cuatro. Lo que estás haciendo, lo que estás pensando, las personas que te acompañan ¿te hacen feliz?
¿No?
Entonces...
¿Qué estás esperando para hacer, pensar y estar en contacto con lo que SABES que te hace feliz?


¿Qué podría ser más hermoso que la verdad y la libertad? ".

Nada. Absolutamente nada.

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